Explorando la Psicología Sistémica

El encuentro terapéutico

Mi ejercicio profesional me da la oportunidad de conocer a muchas personas en realidades diferentes. 

Las personas, en tanto son únicas e irrepetibles, se relacionan con la realidad en función de cómo articulan su comportamiento (a veces de manera consciente, a veces de manera inconsciente).

El conflicto ocurre cuando la relación del comportamiento con la persona con su realidad afecta al organismo en forma de desórdenes afectivos o emocionales, generando, en ocasiones, reacciones adversas de malestar o incomodidad. 

Las estrategias de evitación o enfrentamiento son muy creativas, pero no son funcionales a efectos del organismo porque nuestro cerebro está diseñado para relacionarse con la realidad.

En este artículo explico que hay una parte de nuestro cerebro que directamente tiene la función de informarnos sobre cómo relacionarnos con la realidad. 

Una de las partes más importantes del trabajo con las personas es acompañarlas a situarse en la frecuencia temporal que opera este segundo cerebro. 

Un profesor que aprecio mucho y al que tengo mucha admiración, Jan Jacob Stam, me dijo una vez que él es una persona analítica y que como persona analítica que es, ama la velocidad y disfruta con el procesamiento intelectual. 

Sin embargo, me decía con ojos disgustados que esta frecuencia temporal del segundo cerebro tiene un ritmo “asquerosamente lento” para él, pero que no tenía opción que ajustarse a ese tempo para poder trabajar con él. 

En mi caso, he de ser muy hábil para plantearle a las personas relentecer su ritmo. Cuando alguien viene a consultar quiere encontrar respuestas rápidas y busca, inconmensurablemente, utilizar su cerebro analítico para encontrarse mejor. 

Sin embargo, el problema reside en la inconsciencia emocional sobre lo que las personas rechazan de sus realidades y mi objetivo es ir pendulando entre la actividad y el detenimiento para ir accediendo, poco a poco, al tempo que maneja este segundo cerebro. 

Una vez allí, se abre el proceso creativo del encuentro terapéutico. Un lugar donde todo es posible y donde es esencial ir sin ideas preconcebidas. Desde aquí surgen los diferentes escenarios que pertenecen a la realidad de las personas que consultan y podemos perfilar qué comportamientos están desordenados para intervenir en ellos.

Miguel Martín

Miguel Martín

Fundador y Director de Formaser

Llevo 20 años acompañando a personas y organizaciones en procesos de transformación y empoderamiento. He trabajado en estrecha relación con proyectos ligados al desarrollo social. Como director de Formaser, mi propósito es ayudar a construir espacios sostenibles de bienestar en el campo profesional.

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